Me amo por atrevida
Me amo por atrevida.
Más de la mitad de las cosas que tengo las busqué pateando
tableros.
Obviando prejuicios y omitiendo permisos.
Soy quien soy, a pesar de mi pesar. Nací así, viví así y voy
a morir
así.
No hay una sola cagada que no sea mía. Todas las generé yo.
Sí, todas.
Cualquiera que tuvo el tupé de arruinarme un rato de vida,
lo hizo
bajo mi consentimiento.
Yo permití gente en mi agenda que me dolía hasta en las
muelas.
No hubo colados. A todos, los invité yo.
Me tiré de cabeza en un cuento perfecto de hadas y me
reventé la
cara contra el piso. Todavía me duele una bocha. Pero no me
tiró
nadie. Fui yo.
Me fui de todos los lugares posibles, donde ya no me sentía
parte del paisaje. Y me banqué estoicamente el coletazo de
una soledad
que me ardió dentro de las venas. Pero me fui igual.
Hice lo que sentí en el pecho, todas las veces del mundo.
Casi todas
terminaron mal. Pero nunca tuve la duda de saber si estaba
haciendo lo
correcto. Lo sentí y punto.
Me dolieron las tripas de hambre de amor y de miradas que
no me miraron. Pero en todas hice mi parte. No tengo deudas
conmigo.
Si algo no sucedió, no fue por mí.
Tengo la cabeza de decorado. Y lo celebro.
Yo vivo honrando mi alma. Escuchando el silencio embravecido
de
lo que me tiembla en las manos y en el aliento de cada
mañana.
No estoy perdida. Me tengo a mí. Y sé que voy a llegar hasta
el
fondo de la cosa. Hasta lo más hondo de donde quiero llegar.
Creo en mí. Porque hace mucho aprendí que nadie ni nada me
va a
poner donde yo no quiero estar. Elegir es mi triunfo. Una
carta que
descubrí que tengo y no la cambio por nada.
Yo sé que voy. Y eso me alcanza y me sobra. Me tengo a mí. Y
sé
que me voy a llevar a todos los lugares donde quiera estar.
Lo sé. Lo
siento. Ya lo viví.
No me empuja nadie hace rato. Me empujo yo sola desde
adentro.
Me banco lo que me toque, porque si me tengo que juntar, ya
aprendí a
curarme sola. Y parece que no se me cayó ningún anillo.
Nunca tuve en claro un carajo. Pero me basta con saber que
esta
es mi vida y que acá solo me mando yo.
Por eso, me amo.
Por atrevida.
Pronsky, L. (2018) Rota se camina igual. Hojas del Sur.
Buenos Aires, Argentina.
Comentarios